Muchos se preguntaran la relación entre el binomio entre el teletrabajo y el transporte, pues en efecto, la incidencia que tiene aquél sobre éste es determinante.
Efectos directos entre el ahorro de energía y reducción del tráfico rodado, pero la principal relevancia radica en el impacto que comporta en el transporte. Son muy pocas las ramas empresariales que han propuesto como modus operandi dicha forma de trabajo, por lo tanto la muestra se antoja todavía insuficiente.
Suponiendo que en una empresa de 300 trabajadores, se exija la presencia física de 270 trabajadores para el desempeño del trabajo, de los cuales, pongamos que unos 180 trabajadores pudieran desempeñar su trabajo desde su domicilio o cualquier otro lugar, implicaría entre el 30% y 40% menos de desplazamientos diarios, lo que supone menos coste empresarial y por ende menos congestión vial.
Incluso los efectos ya serían valorables en términos económicos si se implantara un único día de la semana de teletrabajo.
Según una estimación, actualmente existen 1,25 millones de teletrabajadores en Europa. Sin embargo, según otros datos, se estima que esta cifra es tres veces superior (Handy y Mokhtarian 1996).
En Francia, el número oficial de teletrabajadores en el año 1993 era tan solo de 16.000 debido a una definición muy estricta de lo que es el teletrabajo. Para el año 1994 otra estimación subía a 215.000 teletrabajadores en Francia. Gran Bretaña tiene 600.000 teletrabajadores, que es la mayor cifra absoluta de Europa (Korte y Wynne 1996).
Por ejemplo,Finlandia es uno de los países de Europa con mayor mercado de teletrabajo, entre otras factores por el clima, y las grandes distancias.
Aunque sigue siendo cuestionable el impacto del teletrabajo sobre los agentes laborales y sobre la sociedad, entre otras razones, porque su implantación es muy parcelada. Otros obstáculos para el teletrabajo se basan en prejuicios tales como problemas que puedan derivarse de la falta de supervisión, o simplemente ignorancia por parte de los directivos.
Según las perspectivas optimistas, los teletrabajadores contribuirán a mejorar la congestión del tráfico, el teletrabajo sin duda reduce la inversión en aparcamientos en destino, en combustible, en dietas por desplazamiento e incluso en infraestructura viaria, así como tiene repercusión directa en el medio ambiente y en los accidentes que tienen lugar “in itinere”.
Según estimaciones de la Agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos, aproximadamente 10 millones de trabajadores americanos van a trabajar en coche, recorriendo una media de 75 millas entre el trayecto de ida y el de vuelta y con un gasto de 1 galón de gasolina cada 25 millas. Si trabajaran a distancia, ahorrarían 110 millones de litros de gasolina cada día laborable, a la vez que se evitaría la emisión de 350 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera (Anzovin 1994).
Otros investigadores sugieren que, de todas formas, la congestión del tráfico no va a empeorar en el futuro, debido al cambio estructural que se está produciendo en la propiedad y uso del automóvil. La tasa de crecimiento del uso del automóvil tiende a igualarse a la de la población. Sin embargo, la siempre creciente preocupación medioambiental y la política de desarrollo sostenible apuntan con mayor intensidad a reducir la congestión y mejorar la calidad del aire pueden, por sí mismas, estimular el teletrabajo.
Las nuevas tecnologías avanzadas de la información podrían llegar a generar la necesidad de reducir el traslado al centro de trabajo y en consecuencia reducir la necesidad de uso del transporte físico.
Sin embargo, como es obvio no todos son ventajas, ya que son valorables otro tipo de factores negativos confluyentes en el teletrabajo, entre ellos que ha quedado comprobado que quien no utiliza el coche para ir a trabajar lo emplea para desplazamientos de ocio, o deja libre el vehículo para que pueda ser utilizado por otros miembros de la unidad familiar.
El Grupo Consensus del proyecto DIPLOMAT ha diseñado unas directrices de apoyo a varias acciones dirigidas al teletrabajo. Un objetivo es reducir el tráfico en Europa. Según esto, la reducción del tráfico debida al teletrabajo en el año 2002 fue de 450 millones de viajes al año, equivalentes a diez mil millones menos de kilómetros en viajes al trabajo que se realizan cada año, con su correspondiente ahorro de energía y de emisión de gases.
Pero que los resultados del teletrabajo sean directamente valorables tanto en términos numéricos como en términos económicos, depende mucho de la política de empresa y del diseño de trabajo que las mismas hagan en su estructuración y organización de sus departamentos, así como que reciban ciertos incentivos fiscales por parte de las administraciones públicas.
Por otro lado lo que supone ahorro empresarial en cierto modo ,supone costes para la empresa, porque para habilitar puestos de trabajo compatibles con el trabajo desde lejos, supone dotar a dichos trabajadores de los medios tecnológicos adecuados y eficientes para el desempeño del mismo, así como deben mantenerse los beneficios que les reportaría un trabajo presencial.
Todavía son escasas las muestras en nuestro país que hayan puesto en práctica las
A nivel nacional, deberían ponerse en marcha diversas campañas para estimular a los empresarios a experimentar con el teletrabajo y a analizar el impacto sobre los desplazamientos de los trabajadores.
Habrá que probar…………
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